El anillo de la plaza menor.
"He tirado tu anillo en la fuente" decía el catalán José Capdevila ahí por los 90's, quien lo habrá hecho?
En la plaza menor del pueblo, cerca de donde no hay nada que ver, sólo vidas en sus viviendas, hay una pequeña fuente sin gracia alguna que refrescar al caminate y relajar al que la escucha; ahí se sientan los amigos, los novios que entre risas y caricias enmarcan el patio de nuestra pequeña plaza.
Hoy se ve la plaza blanca y la fuente sola, no hay más murmullos ni risas. A travéz del cristal se ve soledad pasando vestida de invierno.
Salgo cubierta de lana a charlar con ella, hablamos un poco del patio que cuando alegre, cubre de vida las calles con sus sonidos; mira la fuente con su agua congelada, me callo tratando de encontrar el objeto de su atención.
-Tantas veces que he venido y sigue aquí...pasan la luna y el sol, lo doran y platean a su vez, pasan las lluvias, el otoño y sus hojas y nadie se lo lleva llenándome de desesperación.
"Acaso soledad también desespera?" me pregunté, se sienta en la fuente a contemplar el agua, tambien me siento yo y encuentro un anillo, de nuevo callo y veo hacia otro lado de la plaza, frotando mis manos por el frío.
-Tal vez alguien se desepcionó ó cansó de esperar...-Yo callada me encojo de hombros-Puedes pasar a casa-dije con temblor en la voz.
-El frío es igual dentro ó fuera, la soledad jamás calienta un lugar-
-Porqué la fijación en el anillo?-
-Porqué no monedas?- preguntó irritada.
-Si tanto lo deseas tómalo-
-No serviría de nada, se cree que me gusta quedarme en cada lugar que visito, pueden ser miles ó una sola persona, juntas ó por separado, entre más cresco más debil me vuelvo;no hay nada que decir ni un pensamiento que leer.
Entendí que no era interés ó altruísmo, era su propia soledad.
-Tal vez existes sin existir- dije levantándome de la fuente, soledad me miró con reproche y seguí avanzando hacia mi puerta, antes de cerrar, ví sus ojos pálidos, su duda en el rostro, alzó la mano preguntándome entre quejidos.
-No hay mucho por hacer, arrojé el anillo hace algún tiempo, has visitado mi casa infinidad de veces, a tí te pesa tu suerte, yo estoy conmigo.-Cerré la puerta
A veces pasa soledad por aquí, contempla el anillo, voltea a mi ventana y tras el cristal le saludo en paz.
He tirado el anillo al agua, no es moneda que dé esperanza, ni augurio de futuro próspero, yo me abrazo y camino hacia mi cima; mientras que alguno creía que me hundía, es el anillo quien está en el fondo de la fuente, esa que aviva el patio de nuestra vieja plaza menor.
3 Comments:
-Tal vez existes sin existir-(...)
Esta frase, puede encerrar todo un universo.
Quedo asombrada ante el dominio que cada día adquieres con los escritos que nos compartes, con ese estilo tan tuyo: -tibio, seguro, orgánico, anecdótico, surrealista sin soltarse nunca de lo conciente-
Un beso lleno de admiración y deseo por estar contigo...
"mientras que alguno creía que me hundía".... wow! Frase que declara esa fuerza y tenacidad en tu interior y que he podido ver asomar en tu mirada calmada. Un fuerte abrazo Duende....
¡YA VIENE NAVIDAD!
Soledad me visita siempre que la llamo, también es algo inoportuna y llega sin avisar, ella es tan calladita, te escucha tranquila, nada te reprocha, te entiende, es algo celosa no entiende de compañías, pero es la fiel compañera en aquellos momentos en que decides bajarte del mundo.
Hermoso¡¡¡, realmente ...
(He vuelto del viaje, ahora algo mundana, solo un poco...me divierte)
Saludos Duendecilllo?..(a)
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